La ermita de San Pantaleón ocupa un lugar privilegiado en el Valle de Losa, es el edificio más importante y emblemático del mismo, cultural e históricamente hablando.
Vinculada por la leyenda al Santo Grial y a la Orden del Temple, sin embargo, sus propietarios fueron la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Su fama traspasa nuestras fronteras, se cuentan por miles los estudiosos y curiosos de distintas procedencias que conocen y visitan esta joya románica de San Pantaleón de Losa.
Erigida sobre una roca con forma de proa de barco, su silueta se impone en el Valle de Losa como si hubiera sido elegida para orientar, desde lejos, a los peregrinos medievales que se dirigían hacia ella, para venerar en su interior, las reliquias del Santo.
Con motivo de la construcción de la Iglesia del pueblo en 1820, la ermita deja de ser parroquia y sufre una serie de periodos de abandono y ruina. Sabemos que en el año 1941, el arquitecto Íñiguez Almech, uno de los más importantes restauradores del momento, realiza importantes trabajos de restauración en la misma, según se publica en un breve artículo en la prensa de la época.